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Es un honor y una gran satisfacción presentar el primer número de Tiempo Económico, una revista elaborada principalmente por estudiantes y egresados. En la UAM nos interesa que la formación profesional de nuestros alumnos no se limite a la aplicación de la mécanica de los conocimientos adquiridos, sino que también comprenda el desarrollo de su capacidad para identificar problemas nuevos, formular preguntas teóricas y proponer soluciones pertinentes, es decir, una preparación académica que los ejercite en las tareas de la indagación científica. Así, una revista especializada sostenida por ellos mismos constituye un vehículo prometedor para que puedan incursionar en la ardua pero fructífera tarea de ordenar la información y proceder en su análisis, en la difícil pero productiva labor de redactar artículos y ensayos que condensen sus ideas y proposiciones, y en la comprometida pero siempre provechosa oportunidad de ponerlas a consideración de los demás. Una revista de estudiantes para estudiantes y egresados con la calidad que ésta se ha propuesto es, adicionalmente, un soplo de aire fresco que puede enriquecer de manera significativa el ámbito corriente del pensamiento académico y profesional. En última instancia, las conjeturas de los alumnos son –deben ser– preguntas obligadas para los profesores. Por eso, una de las características con que nace esta publicación es que intenta reunir en un proyecto común la iniciativa y frescura de los estudiantes con la experiencia y orientación de los profesores, dispuestos con entusiasmo a participar en esta empresa académica.

En la situación económica actual esta promesa es especialmente atractiva. El pensamiento dominante en las instituciones oficiales, en los sectores productivos y en la mayor parte de los espacios universitarios, no ha facilitado el estudio ni el debate profundo y riguroso de los presupuestos teóricos que orientan la condución de la economía y, como consecuencia, la atención a los problemas sociales –cada vez más graves y extendidos– ha quedado subordinada –propuesta– al arreglo previo de las cifras macrofinancieras. Así, el crecimiento, el empleo y la distribución del ingreso son variables que se han atado al control en exceso rígido de la tasa de inflación y el déficit público, sin que la sociedad pueda ver con claridad en qué la beneficia un programa económico perseverantemente anémico. El modelo de la UAM también pretende que los alumnos añadan a su formación profesional el cultivo de principios humanísticos, de tal manera que su contribución al progreso de la ciencia y sus aplicaciones no sea ajena a las necesidades sociales más relevantes. En esta perspectiva, creemos que la divulgación del pensamiento económico a partir de las inquietudes de los jóvenes que inician en el ejercicio de su profesión, resulta para todos un desafio muy estimulante que debe apoyarse sin validación. Por supuesto, está de más advertir que este es un proyecto universitario que está inscrito en el marco del respeto a la pluralidad, la razón y el diálogo, como valores insoslayables de la libertad intelectual.

La estructura de la revista, así como el contenido y los autores de este primer número, expresan con transparencia la intención de los promotores. En particular, deseo finalizar en este prólogo el sentido de las tres secciones que integran la revista, patente en su propia denominación: “La realidad económica hoy”, “Teoría en movimiento” y “Nuestras arcas”. Me parece que estas dos últimas, sobre todo, son muy sugerentes y apelan a la urgencia de abrir nuevos cauces al debate económico. Por otro lado, el nombre de la primera, que podrían remitir exclusivamente a los asuntos de actualidad, no se contrapone sino que enfatiza el carácter dinámico que pretende asumir la publicación: su título mismo alude a la necesidad de examinar los hechos económicos del presente desde una ética intelectual que no puede ser estática ni invariable, sino que ha de estar permanente abierta a recibir las contribuciones de una realidad cambiante.

Quiero mencionar también otra virtud de esta propuesta editorial: es que los promotores del proyecto han considerado que una revista de y para estudiantes no se agota con los estudiantes sino que, en un horizonte de mayor amplitud y riqueza, muy bien puede tener cabida egresados recientes, personalidades del mundo económico y político, y estudiosos de otras intituciones, de tal manera que Tiempo Económico constituya un verdadero espacio de refleción colectiva y diversa. Por todo ello, enhorabuena a esta acertada iniciativa.

 

Guillermo Ejea Mendoza

Director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades
Unidad Azcapotzalco

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